En el Atelier surge el asombro. Es un espacio físico destinado a realizar actividades de creación artística en un entorno único, pero cambiante, generando confort y bienestar, aunque a la vez sorpresa y, fundamentalmente, protagonismo. El mismo está pensado en los principios de los cien lenguajes de los niños de Loris Malaguzzi iniciador de la filosofía Reggio Emilia.
Dentro del Atelier cada niño, único, busca libremente su camino entre los rincones propuestos por el Atelierista basados en la exploración y la creación artística. El protagonismo del niño en su propio aprendizaje y la relación con otros niños son las bases para potenciar sus posibilidades innatas de investigar incansablemente él mundo y decodificarlo. No es ofrecer la reproducción de una obra de arte o de estilos de diferentes movimientos artísticos. En este espacio se potencian los sentidos a través de experiencias multisensoriales, esto permite a cada niño o niña expresarse y reinterpretar la realidad que vive; desarrollando su punto de vista, además de fomentar el interés por el aprendizaje y la conexión con las distintas experiencias que van realizando en su día a día, tanto dentro como fuera de él. Así pues, en el Atelier se vive el proceso creativo y la posibilidad de dar visibilidad a los procesos de aprendizaje, a reflejar ésas diferentes visiones del mundo y acercar a la familia a formar parte de este camino.
El Atelierista, acompaña, guía y contribuye en el proceso de aprendizaje del niño, acercando el lenguaje del Arte en toda su amplitud, a través de:
- Fomentar el placer por aprender.
- Conectar aprendizajes.
- Favorecer la importancia de la estética.
- Introducir y reforzar la pedagogía de “los 100 lenguajes del niño”.